No debió quedar así Martínez vs Cotto, 2014.

No debió quedar así

Martínez vs  Cotto, 2014.

 


Luis Ramón Molina.
Venezuela.

 Luego de una carrera plagada de éxitos, y de alegrar durante varias noches al fanático del boxeo mundial, el argentino Sergio “Maravilla” Martínez se enfrentaría a la estrella del pugilismo puertorriqueño Miguel Ángel Cotto, en una pelea que terminaría siendo la última  para él en mucho tiempo. 

Algunos años antes, “Maravilla” había mostrado su deseo de enfrentar a Cotto, pero éste y su promotor habían rechazado la oferta, alegando que el argentino no era conocido, y no era rentable realizar una pelea contra él.

Durante sus años como peleador, “Maravilla”  demostró ser un guerrero del cuadrilátero. siempre pidiendo y esperando las mejores peleas, las cuales muchas veces le fueron negadas.

El 15 de abril de 2010 en el Boardwalk Hall de Atlantic City (Estados Unidos) se coronó monarca del Consejo Mundial de Boxeo (CMB)  y  de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) al derrotar por decisión unánime en 12 asaltos a Kelly Pavlik, título que retuvo el 21 de noviembre del mismo año, noche en la que fulminó en dos rondas al estadounidense Paul The Punisher Williams, nocaut que sería nombrado el mejor de ese año por la revista The Ring.

Luego de algunos problemas con la CMB y la cadena televisiva HBO por no darle al sudamericano peleas importantes, y despojarle del título de este organismo sin justificación alguna, Sergio Martínez iba a tener la gran prueba de su vida, al enfrentar al monarca más grande  que la isla de Puerto Rico haya dado al mundo en los últimos años, nada más y nada menos que el reconocido múltiple campeón mundial Miguel Cotto, quien para ese momento, ya era toda una leyenda del boxeo profesional.

Luego de haber enfrentado rivales de la talla de Manny Pacquiao, Floyd Mayweather y Antonio Margarito, claramente el boricua tenía mucha más experiencia, pues había tenido durísimas guerras sobre el ring, y al igual que el argentino, Cotto no decía que no a ningún oponente.

Para el momento de la pelea, la cual se llevó a cabo El 7 de junio de 2014, ya Cotto era tricampeón del mundo, y buscaba esa noche, alcanzar su cuarta corona en cuatro diferentes  categorías, lo que le daba a la  pelea más emoción, pues “Maravilla” podía evitar eso y seguir ampliando su legado, o el “Junito”, como  se le conoce al boricua en el boxeo, podría conquistar una hazaña de esas  que solo unos pocos han logrado obtener.

Combinando legados y estilos de ambos peleadores, todo  estaba listo para ver una guerra dentro de los encordados. Dos guerreros que no iban a guardarse nada, una pelea de pronósticos reservados por la pegada de ambos, una pelea de las que el fanático desearía ver más seguido.

Pero una cosa pensaban todos los aficionados a este deporte, y otra muy diferente estaba por suceder. En el mismo primer capítulo, “Maravilla” iba a visitar la lona 3 veces, salvándose de un nocaut temprano de manera milagrosa, lo que daba a pensar que la noche del argentino en el RING, iba hacer para el olvido.  

Realmente la noche para el olvido iban a tenerla todos los  que vieron este lamentable combate, el cual se fue por una sola calle de manera sorpresiva y extraña, un “Maravilla” fuera de toda condición física, y  un Miguel Cotto que hacía lo que más podía para no golpearlo tanto.

La pelea llegó hasta el décimo asalto, cuando el argentino decidió no salir luego de que en la novena vuelta había mordido por cuarta vez  el entarimado, perdiendo así su cetro mediano del CMB, y permitiendo, aunque con un mal sabor de boca, la consagración absoluta de su oponente.   

No se explicaba que había sucedido en la noche del combate, aunque había una hipótesis que pronto se iba a confirmar, y es que el argentino peleó lesionado de  sus rodillas, realmente estaba tan mal, que el mismo declaró que un mes antes de la contienda, no podía caminar,  y había optado por ni si quiera trotar en los últimos días, todo para tratar de llegar en la mejor condición posible a la reyerta, reyerta a la que solo subió en busca de un cheque.

La lesión de Sergio Martínez  era conocida por el mundo del boxeo.  Todos, sabían que además de sus rodillas, sus manos habían sufrido lesiones previas, pero que seguía tan mal, nadie lo imaginaba, además no era cualquier tipo de lesión, una bacteria se había alojado en su pierna, y era tan  serio el caso, que la misma pudo costarle la muerte un par de años antes, cuando en una operación luego de su pelea contra Julio César Chávez Junior, los médicos pensaron cortársela    para que la bacteria no llegara al corazón y acabara con la vida del púgil argentino.

Pese a todo lo grave de la situación de “Maravilla, este prefirió en complicidad con su rival, subirse al RING a entregar un cinturón de título del mundo, aunque eso pudiese costarle una recaída en su peligrosa lesión.

Hoy ya han pasado más de 6 años y ese caso quedó prácticamente en el olvido. No hubo sanción, despojo ni reclamos para nadie, no tuvo consecuencias de ningún tipo, cayendo a tierra esa frase que le intentan vender al mundo en la que dicen que en el boxeo la salud es siempre lo primero, cuando realmente es la salud la que no es tomada en cuenta cuando otros intereses están de por medio 

En agosto de este año “Maravilla” volvió para ganar por nocaut en 7 rondas a un desconocido José Miguel Fandino, en un combate donde  se evidenció que sus problemas de rodilla siguen latente y le impiden movilidad, ya no es “Maravilla y no lo quiere aceptar, sin embargo al siguiente día la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), ya lo tenía sexto en su clasificación del peso supermediano.

En la actualidad, el mismo “Maravilla” que demostró lindas cosas en el boxeo, pero que también se retiró luego de una mala pelea, aspira otro título del mundo, y los organismos le brindan todo el apoyo para que así sea. Esto no es lo que necesita el boxeo, no es necesario que una  estrella  que ya no tiene más nada que dar, regrese buscando un mal golpe que le trunque no solo su vida profesional, sino su vida personal también. El boxeo lo que necesita es mano dura, justicia y más  profesionalismo y respeto   a la hora de realizar las  clasificaciones.

No puede seguir esto así, es tiempo de darle un paro al boxeo, porque lo que se avecina si esto sigue,  es un derrumbe de este hermoso deporte, luego será tarde cuando algo se intente hacer. 

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